QR 6. Casa del Marqués

De Viquibló
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Historia de la calle

Vista de calle de san Joaquín i la Casa de los Miquel

La calle de san Joaquín es la única de Benicarló que conserva algunas de las formas y estructuras originales del siglo XIII, con un trazado irregular. Las transformaciones realizadas entre los siglos XVII y XIX alteraron el trazado cuadrangular dividido por dos calles perpendiculares en forma de cruz, la calle Mayor y la de san Juan, a la manera de las fundaciones romanas y de las ciudades conquistadas por los cristianos; y también hicieron desaparecer buena parte de las edificiaciones históricas del centro.

Al remodelarse la plaza de san Bartolomé después de la Primera Guerra Carlista, también se eliminaron los dos callejones que unían la calle de san Joaquín con la calle Mayor. Este par de estrechísimas calles de apenas dos metros y medio de amplitud, recibían el nombre en singular de carreró Pudent, que podríamos traducir al castellano como “callejón Maloliente”. Este peculiar nombre reflejaba la olor nauseabunda del lugar, que según parece era utilizado por los transeúntes para hacer sus necesidades. Debido a su trazado irregular y estrecho, que cuarteaba la manzana, el lugar era utilizado para cometer otros “hechos escandalosos y para poner en ejecución ideas de venganza”, según explica el acte del Pleno del Ayuntamiento de Benicarló del mes de marzo de 1841, en que se decidió tapiar, retirarle el derecho de calles de tránsito público y vender el espacio a propietarios privados. De aquel carreró Pudent sólo quedan algunos vestigios en forma de pequeños patios en el interior de los edificios de esta manzana.

Casa de los Miquel o Casa del Marqués

Interior de la Casa de los Miquel o del Marqués

Este palacete barroco del siglo XVII conocido como Casa dels Miquel o Casa del Marqués fue declarado Bien de Interés Cultural en 2007. Fue construido sobre las ruínas del palacio gótico que fue sede del Comendador de la Orden de Montesa, y ocupa una extensión rectangular de unos 750 metros cuadrados, incluido el jardín interior. En 1776 pasó a manos del señor Joaquim Miquel Lluís, quien lo había permutado por un almacén en el Grao, y el edificio, bastante deteriorado hasta entonces, fue transformado en una lujosa mansión por la familia Miquel i Polo. El escudo de armas de esta familia se conserva en piedra sobre el lindar de la puerta principal. Los lazos familiares de los Miquel con los Pérez Santamillán, cuyo primer descendiente recibió el título nobiliario de Marqués de Benicarló, explica la doble nomenclatura del palacio. La fachada permite apreciar la distribución interior habitual en este tipo de edificios: planta baja, entresuelo, piso principal y un segundo piso rematdo por tres ojos de buey. A ambos lados de la puerta hay una ventana a la izquierda, y una puerta que da a una capilla, a la derecha. El vestíbulo es amplio y mantiene aún el pavimento de guijarros y las guías de piedras que permitían a los carruajes de caballos penetrar hasta el interior de la casa, entre dos escaleras simétricas.

En la planta principal hay tres salones. Dos de ellos son dormitorios con alcoba, con pavimento de cerámica del siglo XVIII, que parece que fueron creados expresamente para cada uno de los habitantes de la casa y donde predominan los motivos vegetales.

Cocina de la Casa de los Miquel o del Marqués

Pero, sin duda, la estancia más espectacular de la casa dels Miquel es la cocina, totalmente decorada con cerámica valenciana del siglo XVIII procedente de la fábrica del conde de Aranda de l´Alcora, según se dice, la más antigua del País Valenciano. En ella se representan escenas cotidianas de la cocina de aquel tiempo, con diversas figuras, esclavos incluidos, y vegetales, productos y herramientas entonces habituales. La cerámica cubre prácticamente toda la estancia, desde el suelo, las paredes e incluso el brocal del pozo.

Bibliografía

Constante Lluch, Juan Luis. 1997. Benicarló, sus calles. Ilmo. Ayuntamiento de Benicarló. ISBN 84-922082-1-X