Alcachofa de Benicarló

De Viquibló
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Sello de Denominación de Origen de la Alcachofa de Benicarló

La alcachofa (Cynara Scolymus) se cultiva sobre todo en las regiones mediterráneas y en las zonas que gozan de un clima suave. Su consumo data, de más de dos mil años. Estas plantas fueron consideradas ya por los antiguos como un apreciable alimento, y se recomendaba especialmente con cilantro, vino, aceite de oliva y Garum, nombre de una célebre salsa de pescado usada en la antigüedad. Es un cardo grande como lo indican las raíces árabes de su nombre "espina de tierra". Este cardo grande aparece en el escudo de la ciudad de Benicarló como reflejo de la importancia que tenía este producto, ya desde la antigüedad en nuestra zona.

En Benicarló siempre ha tenido un fuerte arraigo entre los agricultores y desde hace varios años se celebra la Fiesta de la Alcachofa, con una serie de actos socio-culturales que culminan con una grandiosa "torrada" de alcachofas.

Entre las cualidades de la alcachofa, su parte comestible proporciona un 12% de glúcidos, cuya sexta parte la constituye un azúcar muy peculiar, la inulina, que la toleran bien incluso los diabéticos. Además se le atribuye propiedades medicinales tradicionales, pero sin base científica, por ejemplo, se considera que producen un efecto favorable en las funciones hepáticas y renales.

Apuntes históricos

Benicarló es una antigua población que tiene sus orígenes (refrendados arqueológicamente) en la época pre-ibérica e ibérica plena, con abundantes e importantes testimonios materiales procedentes de los yacimientos ibéricos de La Tossa y de El Puig de la Nau, ambos situados dentro del término municipal de esta ciudad. Transcurrido el largo período de la romanización y también el de la oscura etapa visigótica, se asentaron aquí los árabes con posterioridad al año 711 de nuestra era, prolongándose su presencia a lo largo de más de 500 años, notable espacio de tiempo éste, durante el cual se islamizó la vida, costumbres, actividades laborales, prácticas religiosas y en general la cultura de los habitantes de aquella pujante alquería de nombres Benigazlún y Benigazló, de la que Jaubert de Passa dijo: "Benigazló vio trocarse sus sedientos campos en una magnífica y rica huerta, y su suelo estéril se convirtió en vasto jardín".

Sobre este nombre de Benigazlún, que es la más antigua denominación documentada (S. XIII) de Benicarló, es de opinión generalizada entre los historiadores que proviene del árabe Beni-Gazlún, a sea descendientes de los Gazlún, un grupo berebere asentado por estas tierras del norte de Castellón y sur de Teruel, que decidió instalarse asimismo aquí dando origen a la alquería benicarlanda.

Realmente son muchos 500 años de ocupación y de influencia de una cultura sobre un territorio para que no se consoliden en él importantes aspectos de aquélla. Algunos de estos aspectos dejaron aquí profunda huella, hasta el punto que todavía perduran y se pueden encontrar con facilidad en la práctica agrícola de nuestros pueblos, especialmente en cultivos hortícolas y en todo lo relacionado con los métodos y técnicas de extracción, almacenamiento y conducción de aguas para el riego. Nombres como sènia (ár. saniia), caduf (kaduz), aljub (al-gubb), safareig (saharaig), alquería (al-kariia), almàssera (al-ma'sara), etc., y otros relacionados con productos de la huerta como albergínia (al-badingana), bacora (bakora), albercoc (al-barkok), carxofa (xorsofa), safanòria (isfanariia), garrofa (xarroba), safrà (za'faran), síndria (sandia), y un larguísimo etc., tienen todavía plena vigencia lo mismo en su cultivo como en la denominación popular de los mismos entre la gente de nuestros pueblos. Quiero significar con todo ello que estos cultivos mencionados entre los que figura la alcachofa, y otros más a los que no se hace referencia, ya eran practicados por nuestros antepasados durante la presencia de los árabes en este lugar; de ahí la antigua tradición del hortelano benicarlando en producir, siquiera para el consumo familiar y para el de los animales domésticos, alcachofas, zanahorias, sandías, azafrán, algarrobas, alfalfa, etc.

Respecto al origen del cultivo de la planta de la alcachofa en Benicarló, creo que es importante aclarar desde un principio que por no estar lo suficientemente documentado se pierde en la memoria del tiempo; sin embargo sí existe la opinión bastante unánime entre la gente de mayor edad, de que viene de muy antiguo. Manifiestan los ancianos que ya sus padres y abuelos las venían cultivando, pero, añaden, no en la variedad de la alcachofa actual ni con los fines comerciales de ahora, sino como complemento gastronómico familiar. Para ello sembraban una variedad de carxofera de la que se aprovechaban los tallos tiernos (cardets) y las pequeñas alcachofas que producían. El botánico Cabanilles las denomina Scolimus hispanicus y dice que abundaban en su época (finales del siglo XVIII) en los regadíos de toda la tierra valenciana. Los cardets constituían la base de la renombrada "olleta benicarlanda", un antiguo condimento popular que generación tras generación se ha ido transmitiendo hasta nuestros días.

La producción y comercialización de la actual alchofa se inició a finales de la década de los años 40, o sea hace como medio siglo. Sin duda que el agricultor de esta zona, habituado ya al cultivo de carxofes y cardets desde tiempo inmemorial y conociendo bien el rendimiento que de él podía obtenerse en esta tierra, no dudó en cultivarlo a gran escala en cuanto el comercio se extendió y los mercados nacionales se aproximaron mediante el transporte por carretera.

Respecto a la figura de la carxofa y de la carxofera en el escudo de Benicarló, cabe comentar que la presencia de ambos elementos en el mismo es antigua; posiblemente se corresponda con los momentos finales del siglo XIII, cuando el castillo de Peñiscola y su territorio, entre el que figuraba la alquería de Benigazlún o Binigazló, de ambas formas aparece nombrada, pertenecían al Maestre del Temple D. Berenguer de Cardona, que residió durante largas temporadas en el referido castillo. El escudo heráldico de los Cardona tiene tres cardos y lo hallamos esculpido repetidamente en un friso de piedra situado por encima de la puerta de acceso al castillo de Peñiscola, construido entre 1294 y 1307. Parece que existe unanimidad entre los investigadores de la historia de Benicarló, en relacionar los cardos de su escudo municipal con el de la familia del Maestre Templario, siendo posiblemente la más antigua versión que de él se conserva el que figura esculpido en la clave del ábside de la ermita de San Gregorio, ermita que, en opinión del profesor Rodríguez Culebras, conserva elementos estructurales del siglo XVI. Otras versiones que nos han llegado del escudo de Benicarló correspondes, una al año 1724, otra a 1842 y la de 1971, año en que se tramitó y aprobó el expediente de rehabilitación del actual escudo del municipio. En ellos se muestran los cardos siguiendo la tradición del representado en la referida ermita de San Gregorio, es decir, con tres alcachofas, tal como en el escudo heráldico de Berenguer de Cardona.

En la versión de 1724 (Sello Mayor, de bronce), el cardo aparece muy estilizado y simétrico, desvirtuando por completo la realidad natural. Sin embargo en la de 1842 esta realidad se ve superada con una auténtica carxofera que no podía concebirse tan real de no estar el autor completamente familiarizado con la presencia cotidiana de esta planta. Precisamente con motivo de la presentación y "estreno" de este escudo, el Ayuntamiento de Benicarló tomó el acuerdo de que "en lo sucesivo se usará para sello mayor de la villa el que a continuación y pie de este acuerdo se estampa, por la razón de ser éstas las armas de la población y no encontrarse más diferencia entre este escudo y el anterior que su mayor dimensión y limpieza en el fondo".

Después de cuanto se lleva manifestado, creo que se debería aceptar sin mayores dificultades la presencia inmemorial, tal vez milenaria, de la planta de la alcachofa en Benicarló y en otras poblaciones del Baix Maestrat. Su representación naturalista en el escudo de 1842, aparte de no motivar comentarios en contra por parte de ningún concejal del consistorio, lo cual quiere significar que todos estaban familiarizados en la forma en que se representó (una carxofera auténtica), y la observación de que "no existía más diferencia entre este escudo y el anterior que su mayor dimensión y limpieza de fondo", invita a pensar que la gente de hace ya 200 o más años estaba convencida de que lo que se representaba en su escudo era más bien la alcachofa que cultivaban, que no el símbolo de unos señores apellidados Cardona.

Cultivo

El área de cultivo de la Alcachofa de Benicarló se reparte entre los términos de Benicarló, Vinaròs, Càlig y Peñíscola. Los terrenos con pendientes medias inferiores al 5% están prácticamente a nivel del mar, aunque en las zonas periféricas del interior hay una cierta elevación. Ello da lugar a un microclima especial que hace que la variedad cultivada, la "Blanca de Tudela" en las categorías Extra y Primera, adquieran una compactación y apiñado del fruto con la consiguiente calidad del producto, que se traduce en unas buenas cotizaciones en el mercado. También destacan las prácticas culturales del agricultor de la zona.

Denominación de origen El proceso de elaboración comienza con la recolección en campo, transporte a almacén y descarga del producto, con envase adecuado, de forma que no se deteriore la calidad del producto. Seguidamente se procede a su tría con una rigurosa selección individual, los productos seleccionados pasarán a su calibrado, envasado, etiquetado, inspección y paletización a la zona de expedición, para su carga y distribución a los diferentes mercados o puntos de venta.

En todo el proceso el personal tratará el producto con el máximo esmero y guardará la máxima pulcritud en la labor que está realizando. En los envases figurará obligatoriamente y de forma destacada, el nombre de Denominación de Origen "Alcachofa de Benicarló".

Destaca su forma chata y compacta, además de su peculiar hoyuelo. Lo más apreciable es su larga duración sin mermar la alta calidad que ofrece.

Denominación de Origen

El 18 de septiembre de 1998, la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat Valenciana, ratificó la Denominación de Origen "Alcachofa de Benicarló". Esta ratificación, que nos llena de orgullo, es el resultado de un esfuerzo común llevado a cabo con rigor y honestidad, pero sobre todo, es el aliento necesario para que nuestro principal objetivo tenga hoy más vigencia que nunca: Lograr su satisfacción ofreciéndole año tras año el mejor producto de nuestras tierras.

La alcachofa de Benicarló, cuya reglamentación específica de calidad se aprobó en la orden de 24 de octubre de 1994, publicada en el D.O.G.V. núm. 2392 el 22/11/1994 y su reglamentación de denominación de origen aprobada en la orden de 18 de septiembre de 1998, publicada en el D.O.G.V. núm. 3359 el 27/10/1998, tiene su zona de producción en la comarca norte de la provincia de Castellón, el Baix Maestrat; y el área de cultivo se reparte por los términos de Benicarló, Cálig, Peñíscola y Vinaròs.

La preocupación y el esfuerzo desde hace años, tanto por el Consejo como por el conjunto de productores y comercializadores de la alcachofa, por regular este sector para obtener la máxima calidad y garantizar al consumidor la adquisición de un producto de inigualable sabor, ha dado lugar al profundo cambio que recientemente se ha producido al pasar la Denominación de Producto de Calidad "Alcachofa de Benicarló" a Producto con Denominación de Origen.

La Alcachofa de Benicarló y su cocina

Las posibilidades de la Alcachofa de Benicarló como producto culinario son casi infinitas. Se puede comprobar en el repertorio de entrantes, los guisos suculentos y la cada vez más amplia gama de dulces de alcachofa que se elaboran en nuestras cocinas. No podemos olvidar la clásica y sabrosa alcachofa a la brasa.

Cada año, en el mes de enero, en el marco de la ya tradicional Festa de la Carxofa, tiene lugar la Demostración Gastronómica. En este acontecimiento social, los restaurantes de Benicarló y comarca, junto agrupaciones relacionadas con la cocina y la hostelería deleitan a los benicarlandos y visitantes con multitud de platos elaborados con el producto estrella de la huerta benicarlanda.